Un suelo se puede degradar al acumularse en él sustancias a unos niveles tales que repercuten negativamente en el comportamiento de los suelos. Las sustancias, a esos niveles de concentración, se vuelven tóxicas para los organismos del suelo. Se trata pues de una degradación química que provoca la pérdida parcial o total de la productividad del suelo.
Los productos químicos más comunes incluyen derivados del petróleo, solventes, pesticidas y otros metales pesados. Este fenómeno está estrechamente relacionado con el grado de industrialización e intensidad del uso de productos químicos.
En lo concerniente a la contaminación de suelos su riesgo es primariamente de salud, de forma directa y al entrar en contacto con fuentes de agua potable. La delimitación de las zonas contaminadas y la resultante limpieza de esta son tareas que consumen mucho tiempo y dinero, requiriendo extensas habilidades de geología, hidrografía, química y modelos a computadora.
Existen varias formas de contaminación del suelo y entre las más notables están:
1. Contaminación por cultivos: Que es debido al uso de fertilizantes químicos en los cultivos, los cuales generan a su ves la contaminación del agua. El uso excesivo de fertilizantes químicos genera la perdida de microorganismos que a su ves producen algunos minerales esenciales para la calidad en el suelo.
2. Contaminación por acumulación de basuras: Este se trata del uso de los denominados "vertederos" para acumular desechos en un terreno, los cuales liberan a su ves gases tóxicos.
3. Contaminación por deforestación: Esta se genera debido a la tala de bosques, los cuales permiten que los suelos mantengan humedad que a su ves es necesaria para la vida de sus microorganismos. Esta también genera la desertización y erosión del suelo.
Los principales agentes son:
- Plaguicidas y pesticidas.
- Insecticidas.
- Herbicidas.
- Fungicidas.
- Actividad minera.
- Degradación paisajística: la presencia de vertidos y acumulación de residuos en lugares no acondicionados, generan una pérdida de calidad del paisaje, a la que se añadiría en los casos más graves el deterioro de la vegetación, el abandono de la actividad agropecuaria y la desaparición de la fauna.
- Pérdida de valor del suelo: económicamente, y sin considerar los costes de la recuperación de un suelo, la presencia de contaminantes en un área supone la desvalorización de la misma, derivada de las restricciones de usos que se impongan a este suelo, y por tanto, una pérdida económica para sus propietarios.
- Alteración de los ciclos biogeoquímicos.
- Contaminación de mantos freáticos.
- Interrupción de procesos biológicos.
La contaminación de los suelos presenta algunas enfermedades como la urticária, tétanos, paludismo, entre otros.